domingo, 14 de agosto de 2011

Problemática urbana


Las villas miserias bonaerenses, similares a las favelas brasileñas, las chabolas de España, los cantegriles uruguayos, los tugurios colombianos o las poblaciones callampas chilenas, existían ya desde el siglo XIX, alimentadas tanto por el éxodo rural como por una gran cantidad de inmigrantes europeos. Pese a los esfuerzos de los diferentes gobiernos tendientes a su erradicación, el problema persiste con gran ahínco, debido a la emigración del campo a la ciudad en busca de fuentes de trabajo. Históricamente, las viviendas precarias en Buenos Aires han surgido a la par de los conventillos y, más recientemente, junto al fenómeno de las casas tomadas.
La zona norte de la ciudad (tomando como división del norte-sur a la Avenida Rivadavia), se encuentra mejor posicionada económicamente y alberga varios hospitales, servicios y gran densidad de población. Pero el norte contrasta con la relegada zona sur, cerca del Riachuelo (uno de los ríos más contaminados del mundo), formada mayoritariamente por barrios más humildes. En esta zona sur se fortalecen la mayoría de las villas miserias en las que el uso del suelo es indiscriminado y se interrumpe la trama urbana. Sin embargo, también en varias zonas del centro de la ciudad existen asentamientos precarios, como el caso de la Villa 31 en las inmediaciones del barrio de Retiro.
El problema de la insalubridad en muchos de los asentamientos informales es patente, y el problema sanitario se ha agravado con la contaminación cada vez mayor del Río de La Plata.Un factor decisivo en el progresivo aumento de los asentamientos informales ha sido la reciente crisis económica del país, que ha hecho crecer la desigualdad en el ingreso, a pesar del crecimiento económico de los últimos años.

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