miércoles, 31 de agosto de 2011

La bombonera ( historia)

Primeras canchas:

Antiguo estadio con tribunas de madera. Mismo lugar donde se construyó el actual estadio.
El primer terreno de juego fue el de Independencia Sud, del cual surgió la base de jugadores y fundadores. Al inscribirse en los torneos oficiales de la Argentine Football Association, la institución se mudó a un terreno lindante a las Carboneras Wilson e Hijos. En 1912 un desalojo obligó a trasladarse nuevamente. El nuevo campo de deportes se ubicó a 100 metros de donde se encontraba, en donde hoy está el Observatorio Naval, en Avenida España al 2000. Pero siguió siendo precaria la posesión del terreno y en 1914 los directivos tomaron la decisión de abandonar el barrio. Fue así que el club se mudó a Wilde, aunque la lejanía con La Boca y los malos resultados deportivos provocaron una gran disminución de socios, que de 1500 pasaron a ser 300. Finalmente, en 1916, Boca Juniors regresó a su barrio originario. El estadio se levantó en la manzana limitada por las calles Ministro Brin, Sengüel, Caboto y Tunuyán, pero una nueva orden de desalojo provocó que el club volviera a estar sin cancha. En octubre de 1922 se construyó la tribuna oficial del nuevo estadio a emplazarse en Brandsen, Del Crucero (ahora Del Valle Iberlucea), Aristóbulo del Valle y las vías del Ferrocarril Sud. Su inauguración se produjo el 6 de julio de 1924, con un partido ante Nacional de Montevideo, que concluyó con una victoria por 2 a 1.

La Bombonera de Cemento:

En 1931 se decidió comprar los 21.471 m² de dicho terreno en $2.200.000 de aquellos tiempos. Hacia 1937 la comisión directiva encabezada por el presidente Dr. Camilo Cichero decidió organizar un concurso para la construcción del estadio. El proyecto ganador, que privilegiaba el uso de estructuras de hormigón armado, obtuvo el primer premio del concurso, y con ello la adjudicación de la obra. El autor del diseño fue el arquitecto esloveno Viktor Sulčič, quien, junto con el geómetra Raúl Bes, y el ingeniero José Luis Delpini, formaban el estudio Delpini-Sulcic-Bes, los que también fueron responsables del famoso Mercado de Abasto de Buenos Aires. Uno de los mayores méritos del proyecto de Delpini-Sulcic-Bes fue realizar un diseño acorde con el escaso espacio disponible, una de las características fundamentales de La Bombonera, aunque originalmente estaba contemplada una cuarta tribuna, que nunca pudo construirse.
Boca utilizó por última vez su estadio de madera el 10 de abril del 1938 y fue local en Ferro Carril Oeste mientras se construyó el actual estadio. El 18 de febrero de 1938 se colocó la piedra fundamental en presencia del presidente de la Nación, Agustín Pedro Justo, y el 6 de agosto comenzaron las obras de construcción. El 25 de mayo de 1940 se produjo la inauguración durante la presidencia de Eduardo Sánchez Terrero y, tras una emotiva ceremonia, Boca derrotó por 2 a 0 a San Lorenzo de Almagro, en un partido amistoso en el que Ricardo Alarcón marcó el primer gol. El primer partido oficial jugado en el nuevo estadio fue contra Newell's Old Boys, el 2 de junio del mismo año, por la 9ª fecha del Campeonato de Primera División. Boca se impuso por 2 a 0 y el primer gol lo convirtió el mismo Ricardo Alarcón, y a partir de allí ganó todos los trece partidos que jugó como local, consagrándose campeón del torneo.

jueves, 25 de agosto de 2011

hoteleria y gastronomia

Hotelería

El antiguo Palacio Duhau, ahora Park Hyatt Hotel.
La Ciudad de Buenos Aires ofrece más de 200 posibilidades de alojamiento que representan 36.000 plazas disponibles. Estos hoteles se encuentran instalados en su mayoría en la zona céntrica de la ciudad, con fácil acceso a los principales sitios turísticos.
También existen muchos hospedajes y alojamientos alternativos, para quienes buscan algo más económico. Estos establecimientos suelen estar situados en barrios más alejados, pero el sistema de transporte permite el traslado en una forma fácil y económica.
Como la ciudad es un polo universitario, existe una gran cantidad de albergues juveniles y residencias universitarias con costos accesibles para los estudiantes provenientes tanto del interior del país como de los países limítrofes.

Gastronomía


La gastronomía porteña es tan diversa como el resto de su cultura. Incluye carnes rojas, pescados, pastas y las empanadas. Entre las carnes se destaca el asado, generalmente acompañado por chorizos, mollejas, chinchulines y morcillas. Los pescados más consumidos son merluza, corvina, lenguado, besugo y pejerrey. La influencia italiana, muy difundida por las corrientes migratorias provenientes de ese país a principios del siglo XX, se refleja en las pastas como fideos, ñoquis, canelones, lasañas y ravioles.

viernes, 19 de agosto de 2011

Educación

Educación

Estadísticas
Instituciones Educativas[109]
Nivel de enseñanza Total Estatal Privado
 Nivel Inicial 683 204 479
 Nivel Primario 890 454 436
 Nivel Medio 484 145 339
 Nivel Terciario o  Superior no Universitario 261 51 210
Alumnos Matriculados[109]
Nivel de enseñanza Total Estatal Privado
 Nivel Inicial 101.358 45.961 55.397
 Nivel Primario 263.719 149.549 114.170
 Nivel Medio 195.294 104.011 91.283
 Nivel Terciario o Superior no Universitario 96.200 34.567 61.633
La Ciudad de Buenos Aires cuenta con el menor índice de analfabetismo de la República Argentina, siendo de 0,45% entre los mayores de 10 años.
Según una encuesta realizada por la Dirección General de Estadística y Censos en 2006, la tasa de escolarización por nivel es de 96,5% para el nivel inicial (5 años) es de 98,6% para el nivel primario (6 a 12 años) y de 87,0% para el nivel medio (13 a 17 años). Además, la cantidad de alumnos matriculados se mantiene en aumento, alcanzando los 656.571 alumnos en 2.318 establecimientos durante el 2006.
La Ciudad de Buenos Aires cuenta con una gran cantidad de establecimientos educativos. Salvo en el caso de las escuelas primarias donde hay más establecimientos estatales, es mayor el número de establecimientos privados. Sin embargo la cantidad de alumnos matriculados en establecimientos educativos de gestión privada es levemente menor a la registrada en las instituciones estatales.
La Ciudad de Buenos Aires recibe también a estudiantes que viven en la Provincia de Buenos Aires, durante 2005 el porcentaje de alumnos con residencia en esa provincia que asistieron a escuelas estatales fue del 4,5% en el nivel inicial, del 11,8% en el nivel primario, del 19,5% en el nivel medio.
La Universidad de Buenos Aires, fundada en 1821, es una de las mayores y más prestigiosas Universidades de América.
La educación inicial corresponde al período entre los 45 días y los 5 años. Los Jardines Maternales se encargan de la educación de menores entre los 45 días y los 2 o 3 años, según el establecimiento. Las llamadas Escuelas Infantiles abarcan el período completo, entre los 45 días y los 5 años.
La educación primaria abarca desde los 6 a los 12 años del menor, y es obligatoria en toda la República Argentina. En todas se enseña un segundo idioma, en las de gestión oficial sólo desde el 4º grado (inglés en las instituciones de jornada simple; e inglés, francés o italiano en las de jornada completa), aunque en la ciudad funcionan 22 establecimientos plurilingües, donde además del castellano se enseña inglés, francés, portugués o italiano.
La educación media está destinada a los menores de entre 13 y 18 años de edad, puede alcanzar los 19 años en algunas modalidades, y está organizada en un ciclo básico que incluye los 3 primeros años, y un ciclo de especialización que incluye el período restante (hasta los 19 sólo en las escuelas técnicas). A diferencia de muchas provincias, la Ciudad de Buenos Aires mantuvo sus escuelas técnicas, y mediante la Ley 898 se dispuso que el nivel medio de educación sea obligatorio.

domingo, 14 de agosto de 2011

Problemática urbana


Las villas miserias bonaerenses, similares a las favelas brasileñas, las chabolas de España, los cantegriles uruguayos, los tugurios colombianos o las poblaciones callampas chilenas, existían ya desde el siglo XIX, alimentadas tanto por el éxodo rural como por una gran cantidad de inmigrantes europeos. Pese a los esfuerzos de los diferentes gobiernos tendientes a su erradicación, el problema persiste con gran ahínco, debido a la emigración del campo a la ciudad en busca de fuentes de trabajo. Históricamente, las viviendas precarias en Buenos Aires han surgido a la par de los conventillos y, más recientemente, junto al fenómeno de las casas tomadas.
La zona norte de la ciudad (tomando como división del norte-sur a la Avenida Rivadavia), se encuentra mejor posicionada económicamente y alberga varios hospitales, servicios y gran densidad de población. Pero el norte contrasta con la relegada zona sur, cerca del Riachuelo (uno de los ríos más contaminados del mundo), formada mayoritariamente por barrios más humildes. En esta zona sur se fortalecen la mayoría de las villas miserias en las que el uso del suelo es indiscriminado y se interrumpe la trama urbana. Sin embargo, también en varias zonas del centro de la ciudad existen asentamientos precarios, como el caso de la Villa 31 en las inmediaciones del barrio de Retiro.
El problema de la insalubridad en muchos de los asentamientos informales es patente, y el problema sanitario se ha agravado con la contaminación cada vez mayor del Río de La Plata.Un factor decisivo en el progresivo aumento de los asentamientos informales ha sido la reciente crisis económica del país, que ha hecho crecer la desigualdad en el ingreso, a pesar del crecimiento económico de los últimos años.

Arquitectura y urbanismo

La Ciudad de Buenos Aires evolucionó a partir de diversas           corrientes inmigratorias pertenecientes a diferentes culturas y, en consecuencia, han creado un remarcado eclecticismo que se evidencia en su arquitectura en la cual pueden hallarse expresiones que van del frío academicismo o el art decó, hasta el alegre art nouveau; del neogótico moderno, pasando por el francés borbónico, al rascacielos moderno realizado en vidrio u hormigón. O estilos muy peculiares, como por ejemplo, el del colorido barrio de La Boca, además de edificaciones de la época colonial. La ciudad se encuentra sobre un buen soporte geográfico: su territorio es extenso y llano y raramente sufre complicaciones de temperaturas extremas, vientos, nevadas (tres por siglo), o terremotos (baja sismicidad). Posee una muy buena fuente de agua dulce como es el Río de La Plata. El trazado de la ciudad es muy regular. El centro histórico y financiero de la ciudad posee manzanas perfectamente cuadradas, extendidas de norte a sur y de este a oeste, tal como su fundador Garay las estableciera. Este trazado de calles perpendiculares (el llamado "damero") se extendió en gran parte hacia el resto de la ciudad. Buenos Aires posee 2113 calles (entre avenidas, calles y pasajes). La metrópolis es fértil en áreas de calidad urbanística y arquitectónica. Posee varias plazas públicas entre las que se destacan los parques: Parque Tres de Febrero o (Bosques de Palermo), el Almirante Brown y los de la ex Costanera Sur (Andrés Borthagaray y Manuel Ludueña). Buenos Aires posee un total de 640 plazas y plazoletas. Una característica es la diversidad de árboles y de colores de las flores de éstos. En gran parte esto es consecuencia de la tarea de Carlos Thays, paisajista francés, creador entre otras cosas del Jardín Botánico de Buenos Aires que implantó árboles como las tipas, los jacarandás y los lapachos. Otra característica destacada son los coronamientos en cúpulas, torres y mansardas que poseen los edificios. En principio fueron el resultado de la influencia europea en la arquitectura porteña, sobre todo por el trabajo realizado por arquitectos franceses, italianos y alemanes, que diseñaron los edificios entre fines del siglo XIX y principios del XX, como un reemplazo a la arquitectura colonial. Al principio era un elemento arquitectónico simbólico. Pero luego se eligieron como símbolo de la suntuosidad de la burguesía argentina que detentaba el poder nacional. Tal vez la principal característica de las mismas es la variedad: hay con forma de media naranja, de piña, acebolladas y muchas otras. El área central de la urbe es muy congestionada por el tráfico automotor y además durante los días no laborales está muy deshabitada, lo que además de producir inseguridad la hace costosa, por haber mucha edificación que sólo se usa en horas de oficina.
Edificios de muy distinto estilo pueden verse juntos en Buenos Aires. Diagonal Norte en la imagen.

Toponimia

En la primera fundación Pedro de Mendoza llamó al sitio Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre para cumplir la promesa que hiciera a la Patrona de los Navegantes que se hallaba en la Cofradía de los Mareantes de Triana y de la que él era miembro. En efecto, “Buen Ayre” era la castellanización del nombre de la Virgen de Bonaria, es decir, de la Virgen de la Candelaria a quien los padres mercedarios habían levantado un santuario para los navegantes en Cagliari, Cerdeña, y que era venerada también por los navegantes de Cádiz, España.
Por muchos años se le atribuyó el nombre a Sancho del Campo, de quien Ruy Díaz de Guzmán en su obra La Argentina manuscrita recogió la frase: ¡Qué buenos aires son los de este suelo!, que pronunció al bajar. Sin embargo en 1892 Eduardo Madero tras realizar exhaustivas investigaciones en los archivos españoles terminaría por concluir que el nombre estaba íntimamente relacionado con la devoción de los marinos sevillanos por Nuestra Señora de los Buenos Aires.
En la segunda fundación, Juan de Garay le da al nuevo asentamiento el nombre de Ciudad de la Trinidad. La razón sería que la festividad más importante cercana a la fecha había sido la de la Trinidad o, según algunos historiadores, porque la nave ancló el día de dicha festividad. Pero al puerto le dio el nombre de Puerto de Santa María de los Buenos Ayres'. Sin embargo los designios del vizcaíno no tuvieron éxito ya que a pesar de que jamás hubo disposición oficial alguna que cambiara su nombre, el uso inapelablemente consagró desde el primer momento el nombre de Buenos Aires para la ciudad.
En la Argentina suelen referirse a la ciudad con distintas denominaciones además de Buenos Aires. El nombre de Capital Federal ("Cap. Fed.") es uno de los más utilizados —sobre todo para diferenciarla de la provincia homónima—, en alusión a la condición de distrito independiente que adquirió con la ley de Federalización que promulgara Julio Argentino Roca. Muchas veces también se utiliza el término "Ciudad de Buenos Aires", o sencillamente "Buenos Aires", aunque este último se presta a confusión con la provincia lindante.
El nombre de Ciudad Autónoma de Buenos Aires ("CABA") es uno de los títulos que oficialmente le dio la Constitución de la Ciudad sancionada en 1996. Informalmente suele denominársela Baires, apócope de la forma original, común dentro de la ciudad (especialmente entre los jóvenes) pero poco utilizada en el interior del país. Poéticamente se le han atribuido numerosos nombres, tales como la París del sur por su belleza arquitectónica y su carácter cultural, o la Cabeza de Goliat según un ensayo de Ezequiel Martínez Estrada, en alusión a su tamaño e influencia desproporcionada sobre el resto del país o, en razón de su ubicación y prestigio; la Reina del Plata.

Clima


Climograma de Buenos Aires.
El clima de la ciudad es templado pampeano (húmedo). Considerando el período 1961-1990, normalmente empleado para designar los promedios climáticos, la temperatura media es de 17,6 °C y la precipitación anual es de 1146 mm. A lo largo del siglo XX las temperaturas de la ciudad han aumentado considerablemente debido a la isla de calor (desarrollo urbano), siendo actualmente 2 °C superior al de regiones cercanas mucho menos urbanizadas. Fundamentalmente las temperaturas nocturnas son las que han aumentado, lo que en verano suele dificultar el descanso nocturno de los porteños. Las precipitaciones también se han acrecentado desde 1973, como ya ocurrió en el anterior hemiciclo húmedo: 1870 a 1920.
Típica curva ascendente, con "ruido" en la termografía del aire, de 1880 a 2006, acompañando la cambiante y ascendente "firma térmica" de la urbe.
Si bien los días cubiertos son más frecuentes en invierno, cuando más llueve es en verano, época en que se desarrollan tormentas a veces muy intensas, por lo que enormes cantidades de agua caen en poco tiempo. En invierno son más comunes lloviznas débiles pero continuas. De todos modos no puede decirse que haya estacionalidad de lluvias. Los veranos son cálidos, con un promedio de enero de 24,5 °C. La elevada humedad suele volver sofocante al tiempo. La humedad relativa promedio anual es del 71,4%. Los inviernos son suaves, con una temperatura promedio de julio de 11 °C.Raramente se dan temperaturas inferiores a 0 °C o superiores a 36 °C. Las nieblas, otra característica de Buenos Aires, se han vuelto infrecuentes, con pocos días al año.
Nevada caída el 9 de julio de 2007.
Vientos
La Ciudad de Buenos Aires recibe la influencia de dos tipos de vientos zonales: el pampero y la sudestada. El primero proviene del sudoeste, suele iniciarse con una tormenta corta que rápidamente da paso a un aire mucho más frío y seco. Aunque puede darse en cualquier época del año, se da con mayor intensidad en verano; se lo espera cuando refresca luego de un calor sofocante. La sudestada se da principalmente entre abril y octubre. Consiste en un viento fuerte del sudeste, fresco y muy húmedo, que dura varios días y va muchas veces acompañado de precipitaciones de variada intensidad. El viento continuo hace subir las aguas del Río de la Plata, llegando a veces a producir inundaciones en las zonas más bajas de la ciudad, como el barrio de La Boca.
Nevadas
Las nevadas en la ciudad no son habituales. La última nevada importante tuvo oportunidad el 9 de julio de 2007, ésta comenzó en forma de aguanieve y terminó cubriendo gran parte de la ciudad. En las zonas suburbanas la misma llegó a tener un espesor mucho mayor. Ocurrió a consecuencia de un gran viento polar que afectó a la Argentina y a Chile.
Desde que se han obtenido registros sistemáticos del clima, en el año 1870, sólo se sabe de otra nevada considerable en 1918. En 1912, 1928 y 1967 se vio caer aguanieve.

Demografía


Pirámide de población de la ciudad de Buenos Aires (2008). Fuente: INDEC.
Evolución demográfica de la Ciudad de Buenos Aires.
Desde hace más de 60 años, la población de la ciudad de Buenos Aires está estancada en aproximadamente 2,9 millones de habitantes, con leves variaciones intercensales. En 2010 la ciudad cedió el 2º lugar que históricamente ocupaba entre las jurisdicciones más populosas del país, ante el crecimiento demográfico de las provincias de Córdoba y Santa Fe.
En el último censo nacional realizado en octubre de 2010 por el INDEC, en la Ciudad de Buenos Aires se contabilizaron 2.891.082 habitantes de los cuales las mujeres son el 53,8% y los varones representan el 46,2%. Así mismo, la ciudad cuenta con una importante densidad demográfica que asciende a 14.312,29 hab/km2. A inicios del siglo XXI, debido al envejecimiento (por escasa fecundidad de los estratos de clase media) de la población nativa porteña, a la emigración al extranjero y a la substitución demográfica en gran medida provocada por las crisis económicas, un 40% de los porteños no nació ni en la ciudad ni en los partidos del Gran Buenos Aires, sino que se trata de población que migró desde las provincias del norte argentino y de otros países (se calcula que 316.739 de sus habitantes, nacieron en el extranjero). Según la Dirección General de Estadística y Censos (perteneciente al Gobierno de la C.A.B.A.), en 2008 la tasa global de fecundidad fue de 1,94 hijos por mujer (por debajo del nivel de reemplazo generacional de 2,1 hijos por mujer).

Traslado de la Capital

Al ser Buenos Aires un polo donde se concentra la actividad política, económica y cultural del país, el espíritu del Proyecto Patagonia es quitarle su facultad política y trasladarla hacia Distrito Federal de Viedma - Carmen de Patagones. Los que impulsan este proyecto creen que descentralizar Buenos Aires dará una oportunidad al interior y nivelara el grave desequilibrio territorial y de recursos que cuenta la Argentina.
Los primeros proyectos de trasladar la Capital Federal fuera de la Ciudad de Buenos Aires datan de finales del siglo XIX. En 1868 el Presidente Bartolomé Mitre vetó la Ley 252, que pretendía mudar la capital a la ciudad de Rosario. Domingo Sarmiento también vetó dos leyes que pretendían mudarla al mismo destino: la Ley 294 en 1869 y la 620 en 1873.También vetó en 1870 la ley 462, que pretendía trasladarla a Villa María.
El 3 de mayo de 1972, durante la presidencia de facto del general Alejandro Agustín Lanusse se dictó el decreto-ley 19.610, el cual declara la necesidad de trasladar la Capital de la Nación fuera de la Ciudad de Buenos Aires.
Posteriormente, el 27 de mayo de 1987, durante la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín el Congreso de la Nación sancionó la ley 23.512 en la que se declara como la nueva Capital Federal a los núcleos urbanos erigidos y por erigirse en un futuro en el área de las ciudades de Viedma, Carmen de Patagones y Guardia Mitre (Distrito Federal de Viedma - Carmen de Patagones), junto con un amplio territorio de campos en la zona del Valle Inferior del río Negro, cedido por las Legislaturas de las provincias de Buenos Aires y Río Negro. Este proyecto, el cual es conocido como Proyecto Patagonia, tenía como objetivo no solo descentralizar la Ciudad de Buenos Aires, sino también poblar y desarrollar la región patagónica. Para cumplir con el proyecto, el 21 de julio de 1987, a través del decreto 1156, se creó el Ente para la Construcción de la Nueva Capital - Empresa del Estado (ENTECAP).Cuando Carlos Saúl Menem asumió la presidencia, en 1989, decidió disolver el ENTECAP.
Con el proyecto de traslado de la capital se abrió un debate sobre la eventualidad de que la Ciudad de Buenos Aires retornara a la jurisdicción de la Provincia de Buenos Aires, lo que se resolvió con el artículo 6º de la ley 23.512, el cual establecía la provincialización de la ciudad una vez que las autoridades federales estuvieran radicadas en su nueva sede y que se debería convocar a una Convención Constituyente para organizar sus instituciones.
La Ley 23.512 aún está vigente ya que nunca fue derogada por el Congreso. El 31 de julio de 2009 dos diputados nacionales por la provincia de Misiones, Lía Fabiola Bianco y Miguel Ángel Iturrieta, presentaron un proyecto de resolución en el Congreso argentino en donde se solicita al Poder Ejecutivo de la Nación que cumpla con lo establecido en la ley 23.512 y materialice el traslado de la Capital Federal.

viernes, 5 de agosto de 2011

Desde su fundación hasta 1810

Desde su fundación hasta 1810

Dibujo de Buenos Aires, poco después de su primera fundación.
El 3 de febrero de 1536, el español Pedro de Mendoza, estableció el asentamiento al que le dio el nombre de Nuestra Señora del Buen Ayre en una región habitada por aborígenes pampas conocidos como querandíes. Después de hambrunas y conflictos con los querandíes, la posición fue finalmente abandonada y destruida por los propios españoles en 1541.
El 11 de junio de 1580, Juan de Garay fundó la Ciudad de La Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre, con el reparto de tierras entre él, su esposa, y otros 63 colonos, a los que también asignó familias guaraníes, en un sitio presumiblemente cercano al de Mendoza. El motivo de esta fundación queda explicado por las palabras de Juan de Matienzo, oidor de la Audiencia de Charcas, quien en 1556 mencionó la necesidad de abrir una puerta a la tierra, es decir, darle una salida al Atlántico a todo el territorio que existía desde Potosí hacia el sur.En esta ocasión los nativos querandíes, comandados por Tububá, fueron diezmados hasta exterminar su cultura.
Originariamente era la capital de una gobernación que dependía del Virreinato del Perú. Durante unos dos siglos los porteños sufrirían todo tipo de necesidades: el poblado más austral de América estaba alejado de todo centro comercial importante, no existían ninguno de los elementos necesarios para mantener el estilo de vida europeo y no podían fabricarlos en la ciudad. España privilegiaba los puertos sobre el Pacífico y por lo tanto marginaba a Buenos Aires, que sólo recibía dos navíos de registro por año, y hubo lustros en los que no llegó ninguno. Esto llevó a que los habitantes (apenas unos 500 en 1602) buscaran burlar la ley y vivir del contrabando, que venía fundamentalmente desde Brasil.[28] [30] Este contrabando era pagado con la única fuente de riqueza que existió hasta principios del siglo XVII, que era la venta del cuero que se obtenía de la matanza de rebaños (vaquerías) de bovinos sin dueños que vagaban por los campos. El resto, carne, sebo, etc., se tiraba.
En 1680 los portugueses, separados hace poco de España, llegaron con una expedición a Colonia del Sacramento, en la costa opuesta del Río de La Plata, pretendiendo establecerse en ese territorio, hasta entonces de aquel país. El gobernador de Buenos Aires, José de Garro, después de enviarle un ultimátum, rechazado por los portugueses, para que se retiraran, reunió a los habitantes (tres mil hombres venidos de las ciudades más cercanas) y con su apoyo organizó un ataque, comandando a los guaraníes asignados. El resultado fue una contundente victoria, que le permitió a Buenos Aires adquirir un mayor prestigio.
La industria del cuero fue progresando, y hacia mediados del siglo XVIII existía una industria local importante. Por otra parte, dado que en Buenos Aires sólo se podía progresar por lo que uno era o tenía, el valor social no lo daban los apellidos o la cercanía con la aristocracia, sino por el éxito que uno hubiera logrado por mérito propio. Esto la diferenciaba del modo de ser de otras ciudades vecinas.
En 1776 fue nombrada capital del Virreinato del Río de la Plata. Las causas principales de esta decisión fueron: la necesidad de frenar el avance extranjero en la zona, intentar terminar con el contrabando y por ser el lugar por el que tenía más fácil acceso España desde el Atlántico. Comienza así un período de gran prosperidad, pues la ciudad fue beneficiada por la Corona española con un tipo de comercio más abierto, flexible y liberal, dado por el Reglamento de Libre Comercio. Podía introducir mercaderías de cualquier región, y conectarse con otros puertos, sin pedir permiso a las autoridades reales. De esta manera cortó con su dependencia política y comercial de Lima. La ciudad vivió un exponencial progreso entre 1780 y 1800, recibiendo además una fuerte inmigración, fundamentalmente de españoles, y en menor medida de franceses e italianos; y se pobló fundamentalmente de comerciantes y unos cuantos estancieros. Tenía, en comparación con las demás ciudades vecinas, pocos prejuicios aristocráticos, o de castas.
Vista del Cabildo en 1817.
Desde su creación hasta 1807 la ciudad sufrió varias invasiones. En 1582, un corsario inglés intentó un desembarco en la isla Martín García pero fue rechazado. En 1587 el inglés Thomas Cavendish intentó apoderarse de la ciudad, sin lograrlo. En 1658 se produce el tercer intento, ordenado por Luis XIV, rey de Francia, pero el Maestro de campo, don Pedro de Baigorri Ruiz, a la sazón gobernador de Buenos Aires, logró defender con éxito el puerto. El cuarto intento estuvo a cargo del aventurero Mr. de Pintis, pero el vecindario lo rechazó. En 1699 se produce la quinta invasión a cargo de una banda de piratas daneses que fue rápidamente rechazada. Durante el gobierno de Bruno Mauricio de Zabala, el francés Étienne Moreau desembarcó en la costa oriental del Río de La Plata, donde las tropas españolas lo rechazaron y mataron.
En 1806 comenzó lo que se conoce con el nombre de Invasiones Inglesas, cuyo origen debe buscarse en las Guerras Napoleónicas: desde los inicios de la Conquista de América, Inglaterra se había interesado en las riquezas de la región y España estaba en un principio aliada a Francia, y por lo tanto era su enemigo. El 27 de junio el mayor general inglés William Carr Beresford se apoderó de Buenos Aires, casi sin resistencia, pues no existía un ejército fuerte y organizado. Tomó el gobierno pero fue derrotado el 12 de agosto de 1806 por un ejército proveniente de Montevideo comandado por el francés Santiago de Liniers. En 1807 una segunda expedición inglesa al mando de John Whitelocke tomó la plaza fuerte de Montevideo y permaneció en este enclave por varios meses. El 5 de julio de 1807, Whitelocke intentó ocupar Buenos Aires, pero sus habitantes y las milicias urbanas, ahora organizadas —y una vez más con ayuda de Liniers— derrotaron a los ingleses. La resistencia del pueblo y su participación activa en la defensa y la reconquista aumentó el poder y la popularidad de los líderes criollos, al tiempo que incrementaba la influencia y el fervor de los grupos independentistas. Buenos Aires ganó en poder militar (conformado principalmente por criollos) y prestigio moral. Paralelamente, quedó en evidencia la insuficiencia de la metrópoli en cuanto a enviar tropas que pudiesen defender a sus colonias, ahora deseadas con avidez por otras potencias emergentes. Todo esto, y la llegada de ideas liberales y fundamentalmente la ocupación de España por el ejército napoleónico, permitió la creación de movimientos emancipadores, que desataron en 1810 la Revolución de Mayo y la creación del primer gobierno patrio.
Como consecuencia de esto se produjo la deposición del poder de los españoles por parte de los criollos.La ciudad, de unos 40.000 habitantes, se transformó en un importante puerto consumidor de productos manufacturados que provenían principalmente de Gran Bretaña y se produjo el desmembramiento del Virreinato del Río de la Plata. Buenos Aires se constituyó en un primer momento en centro hegemónico, pero debió imponerse a las oligarquías provinciales, que tenían sus propios proyectos económicos.